La sexualidad humana es fuente de múltiples valores, conductas, emociones y pensamientos.
Involucra el autoconocimiento, el erotismo y el placer, la identidad y el respeto, la comunicación asertiva, la exploración, reproducción, familia y mucho más. Nos conecta con el amor y la lujuria y en ocasiones con inseguridad, dolor, silencio, evocando miedo o vergüenza. Puede experimentarse individualmente o con otras personas, en múltiples configuraciones.
Vivir nuestra sexualidad con conciencia y bienestar mejora la relación con nosotros mismos y nuestro entorno.
Su inmensa relevancia hace a la sexualidad un derecho humano universal. Por esto creemos en la necesidad de darle máxima relevancia, integrarla en nuestras conversaciones y en los espacios terapéuticos anhelando que cada vez sean más quienes la vivan con plenitud, conocimiento y libertad.
En este curso proponemos, desde una perspectiva contextual y experiencial, conocer los aspectos básicos de la sexualidad humana funcional y disfuncional, derribar mitos, ampliar nuestra perspectiva y aprender herramientas para integrar el sexo y la sexualidad en nuestra práctica clínica habitual.
Mi experiencia en CATC es inmejorable. Atraído por las terapias contextuales, y también por lo que había escuchado de Juan Pablo y de Germán, llegué a la Fundación y desde hace dos años vengo asistiendo a los cursos, aprendiendo de la teoría, pero sobre todo de la práctica. Les animo a la formación, no se van a arrepentir, una de las mejores en la que he estado.
Siento que ha sido una gran experiencia, muy enriquecedora, tanto a nivel personal como profesional. Este curso es una gran oportunidad para aprender a trabajar con el modelo de una manera práctica, ya que aprendes haciendo y viviendo los procesos. Destaco la implicación que tienen Juan Pablo y Germán, que suma a que se generen espacios auténticos en el grupo y en las clases haciendo de estas una experiencia muy gratificante.
Recomiendo fuertemente las formaciones del CATC. Destaco no sólo el aprendizaje teórico sino el aprendizaje experiencial, y el clima de generosidad y de mucho cariño y seguridad que se vive en cada uno de los encuentros. ¡Sin duda los sigo eligiendo!
Mi experiencia en las formaciones del CATC fue transformadora. No solamente a nivel profesional sino también a nivel personal. Lo que más destaco es la calidad de quienes enseñan y las condiciones de cuidado, de respeto, y fundamentalmente de validación que tienen lugar en el espacio de aprendizaje. Además de la modalidad experiencial práctica que proponen para aprender un montón de habilidades de los modelos contextuales. Fue realmente una experiencia muy enriquecedora.
Destaco de las formaciones el desarrollo de habilidades clínicas. Lo que ha enriquecido profundamente mi trabajo, mi práctica clínica, tiene que ver con practicar las habilidades de estos modelos terapéuticos. Una cosa es conocer estos modelos y otra es practicarlos, y esto me llevo del CATC.
La formación fue una experiencia transformadora y enriquecedora. Me llevo muchísimos aprendizajes para mi desarrollo personal y muchas herramientas para mi trabajo como terapeuta. Estoy muy agradecida por la calidad humana y académica. ¡Gracias por todo!